75 Aniversario Cuadrilla Los
Inquietos 1942-2017
En 1945
coincidiendo con el primer concurso oficial de blusas, a unos entonces casi
niños, les dolió en su sentimiento sanjuanero que no les dejaron participar en
el concurso de blusas al llevar ” unas
camisas blancas con corazoncitos verticales en rojo, pero no en
forma de blusa, sino de camisa, que
nos las habían hecho así las madres para que después nos sirvieran para
ropa de vestir” . Esta contrariedad les animó, aún más, a crear su cuadrilla “oficial”, y así en 1947, estos ya muchachos mirandeses de la
Parte Vieja entre 16 y 18 años todos ellos, deciden formalizar su presencia en
las Fiestas de San Juan con la creación de su Cuadrilla. Para ello las madres
de estos jóvenes, alguna de ellas viuda o con maridos represaliados por la
guerra, confeccionan unas blusas de
cuadritos azules, que junto al pantalón milrayas, faja y pañuelo azul, boina
negra y alpargatas blancas con cinta azul deciden sea su indumentaria.
Tenían
ya un nombre casi elegido, cuando “Saladillas”
(hijo del personaje que aparece en la Zarzuela de San Juan del Monte,
estrenada el 3 de junio de 1927) que entonces era miembro de la Cofradía, les propone que continúen con
la Cuadrilla de la que formaba parte el mismo y algunos hermanos mayores y
familiares de estos muchachos y que, como era habitual en esos años, lo iban a
dejar al tener obligaciones familiares,
casarse y tener hijos. La idea les pareció bien y salieron ese año 1947, con la denominación y continuidad de
Cuadrilla Los Inquietos, de la que se tiene referencia gráfica de 1942.
Aún
con escasa diferencia de años, ya del San Juan de esos jóvenes del 1942 a estos muchachos del 47, y aunque ambos
se encontraban con una actividad en Cuadrilla de un solo día, había alguna
diferencia significativa a la que tuvieron que adaptarse, algo que ha sido una
constante en estos 75 años: La adaptación a situaciones cambiantes.
Se encontraron con un concurso de blusas
oficial ( desde 1945), donde empezaba a ser más relevante traer una música
propia que la carroza a construir. Los carros engalanados ya habían pasado a
ser carrozas. Eran momentos de concreción
en cuanto a la vestimenta. Se pasa de cuadrillas de amigos con blusa
igual, con camisas igual, o con pañuelo igual pero diversidad en los demás componentes
de la vestimenta, a una deseada
uniformidad completa de boina, pañuelo, faja, blusa, pantalón y alpargatas, y
de pancartas con un nombre “puesto” a pancartas con un inicio de diseño . En la
foto 3 de 1949-50 se aprecia ya una cuadrilla con uniformidad completa,
pancarta más decorada y componentes de la Banda de Música de Pradoluengo y
Cascajares ya contratados por la Cuadrilla.
La Cofradía organizaba una fiesta
donde lo importante era la romería al Santo, y donde los carros engalanados,
después las carrozas, y las Cuadrillas eran un adorno a la Romería. No existía
una relación de Cuadrillas, y estas se anotaban al reciente concurso el mismo
lunes de Romería. De ninguna manera tenían la relevancia extraordinaria actual.
Eran un grupo de amigos que se vestían igual, que subían con una comida, si era
posible con música y comían en el lugar que viniera bien del monte, de un Monte
con bastante menos arbolado que el que conocemos actualmente.
Estos
muchachos del 47 del barrio de la
humedad, estuvieron saliendo como
Cuadrilla durante unos nueve años (momento en que las “obligaciones familiares”
les obligan a dejar una fiesta donde la Cuadrilla era sólo para jóvenes), pero
ya conocen los inicios de lo que posteriormente en los 60 se define, y es que la
fiesta ya tiene dos días de intervención de las Cuadrilla, en la presencia del
desfile del domingo con las carrozas y carros (menos) en la propia Ciudad. El
desfile del domingo con algunas carrozas y a algunas Cuadrillas ya adoptó la
forma y crea la tradición que continúa hoy en día del desfile dominguero.
Estos
mismos del 47, ya casados y con hijos de varias edades, vuelven a salir en
1970, encontrándose de nuevo en una época de cambio y evolución de la Fiesta.
Es una época donde ya se comenzaba a tener el mismo lugar de ubicación de un
año a otro, con instalaciones provisionales con estructuras con tablones de
obra y protegidos con toldos de camión. De haber mesas eran también con maderas
de las obras de construcción. A partir de mediados de los 70 fueron apareciendo
las ubicaciones fijas en el Monte, donde el pico y la pala era la única
tecnología y la soldadura “alta definición”. Una estructura tiranteada era
símbolo de prestigio y saber hacer. Para la realización de la obra se requería
el famoso permiso de ICONA, que solía consistir en “si tiras un árbol, me
plantas dos”. También se estuvo pagando simbólicamente un duro al Ayuntamiento
en concepto de lo que hoy sería el IBI, durante algunos años.
Epoca de sólo componentes
masculinos y de cuota única, pero donde
toda la familia era comensal, requiriendo una organización y utensilios para
atender a un gran número de personas, pues de veinte componentes masculinos a
la hora del pago, se convertían en cien a la hora de la única comida del Lunes
en la Laguna. La bajada de los componentes de las Cuadrillas con sus mujeres,
novias o amigas, aunque fueran de este único día, estas con la blusa del
sanjuanero, era un espectáculo que la Ciudad anhelaba cada Lunes de San Juan,
esperando desde la zona del Matadero ,y más adelante, hasta la misma C/ La
Estación. La Ciudad en pleno, recibía con aplausos la bajada y entrada a la
Ciudad de los Sanjuaneros. Una Plaza de España repleta donde las Cuadrillas
desfilaban haciendo la U que entonces marcaba la calle de la actual Plaza de
España peatonalizada, elevaba la ya alegría que del monte los sanjuaneros
bajaban.
El auge de la fiesta, que se
produce en los años 80, obligó a las Cuadrillas a adaptarse a la presencia de
un gran número de nuevos componentes que querían entrar en las entonces 20-25
Cuadrillas. Se pasó de la estructura básica de tablones y toldos a unas
estructuras metálicas con material cedido,
donado y “hasta comprado”. De nuevo el pico y la pala requería de nuevo
su uso en una Laguna donde la ubicación de las Cuadrillas, a la par del
ensanchamiento de la misma para acoger a la inmensa multitud que subía al monte, obligaba a las
Cuadrillas a “adentrarse al Monte”. La propia Cofradía veía desmesurado el
crecimiento de las Cuadrillas, pues no había ubicación para las mismas en la
zona de la Laguna, único lugar que entonces se consideraba como lugar para la
Fiesta.
La concentración del domingo en
la plaza como inicio de la fiesta, la ida a la novillada, el humo de las
comidas de las cocinas del lunes de San Juan, o la gran entrada de los romeros
en la Ciudad eran el eje de la fiesta. San Juanín emergía como un
aprovechamiento de lo sobrado el lunes, en un día laboral y hasta de exámenes
en los Colegios. La boina, faja, el pañuelo, la alpargata y el calcetín blanco de lana por encima del pantalón era imperativo y rara era la Cuadrilla que no tenía un componente que vigilará que los más jóvenes cumplieran el ir “bien vestidos”.
El sonido continuo del bombo mañana, tarde y noche y muy de noche era el sonido continuo que sobresalía de la entonces única verbena, antes de convertirse, a partir de 1977,en el símbolo de la fiesta como marcador de su inicio, aunque nunca se haya usado tan poco como ahora.
El coñac con el ponche y anís, junta al vino eran las únicas bebidas de la fiesta.
Una etapa más de cambios, donde
las Cuadrillas, que se convirtieron la
mayoría a Sociedades con GIF, marcaron y afianzaron la fiesta, se consiguió el
éxito y el reconocimiento de una fiesta que, aparte San Fermin, no había duda
sobre su posición prevalente en toda la zona Norte. La solidaridad y ayuda entre las Cuadrillas
y la organización centrada en un Jaime
Ruiz Bilbao que delegaba el orden y la organización en cada presidente de
Cuadrilla, obtuvo el éxito y
reconocimiento nacional de nuestra Fiesta, potenciándose actividades
intercuadrillas, como los Ochotes ( dos segundos premios que obtuvo esta
Cuadrilla), o el inolvidable campeonato
de futbol, donde todas las Cuadrillas participaban, alcanzándose por la propia
fiesta y por los contactos de Jaime Ruiz Bilbao con políticos y militares, la
declaración de Fiesta de Interes Regional y Nacional.
Hubo cambios en nuestra Cuadrilla
y en otras, pues por cuestiones de tipo económico, los niños empezaron a pagar
una cantidad, y finalmente, las mujeres podían ser también componentes. Niños y
jóvenes salían en la Cuadrilla aunque no saliesen sus padres, era una Cuadrilla
fiable, de orden, controladora de los más jóvenes, llegando a un total de más
de 200 componentes, eso si, con cambios de blusa constantes, pues se
finiquitaba la tela y no podía conseguirse repuesto, lo que implicaba una nueva
blusa.La lucha por el premio en el desfile era “encarnizada”. Cuadrillas con sus componentes perfectamente alineados en dos o tres filas, con coordinación en sus cruces, movimiento de pañuelos o hasta lanzamiento de boinas eran las armas para alcanzar el ansiado primer premio. Partiendo de la base que la persona que no llevaba toda su uniformidad no desfilaba. Durante años esta Cuadrilla no tuvo relación con la Cofradía , por considerar que le fue robado un primer premio de manera deshonesta. Tal era la rivalidad.
Fueron años en que la Cofradía coordinaba, pero donde lo importante y símbolo de la Fiesta fueron las Cuadrillas, como animadores continuos de la fiesta, y símbolo de la generosidad en el reparto de bebidas, invitaciones de comida. El número amplio de Cuadrillas, su colorido, las múltiples charangas de cada uno de ellas, dio a esta fiesta su peculiaridad.
La
ampliación de la fiesta al sábado, con la simbología del Bombo, la ocupación de
la parte superior del Monte arriba de La Laguna, la creación de las Cuadrillas
“Bocadillos”, y de adolescentes fue otro
momento de necesaria adaptación. Orden del Bombo, Los del Santo, cambios de
Presidentes, modificaron de nuevo el esquema básico pero funcional de lo que
era la Cofradía. Los Presidentes de
Cuadrillas dejaron de ser los brazos prolongados de la Cofradía, en parte por
entrar en fase de rotaciones para los cargos. Se había pasado de una fiesta
intensa de dos días, a una mayoritaria de cuatro días, donde además se
prolongaba con actos, torneos…etc.. antes y después de los días principales.
Las Cuadrillas, una vez más, se adaptaban,
esta vez a nuevos costes de Charanga de
dos o tres días a diferencia del único día anterior, y a costes de restauración
de dos, tres y hasta cuatro comidas en lugar de la única del día de romería, De
un desfile vistoso y dirigido al espectador, a un desfile largo, tedioso y
dirigido al disfrute del que desfila. De una entrada coordinada con todas las
Cuadrillas y personas que bajaban de San Juan, única en este tipo de romería, a
pinchadiscos nocturnos en el Monte.
Las reorganización del Monte, con
un Plan Urbanístico que debía servir de guía a la , a veces, desbocada creación
de Cuadrillas, las partidas económicas a las que se han tenido que hacer cargo
las Cuadrillas para remodelar y reparar
las estructuras del Monte, a pesar de la excelente labor coordinadora de la
Directiva actual, también han marcada esta
última etapa, a la que de nuevo ha habido que adaptarse.
Para
llegar a estos años hemos tenido de referentes a estas personas como
transmisores de, no sólo, el sentimiento, sino también el ser y actuar de una
manera sanjuanera. A los actuales componentes de la Cuadrilla también, como a los anteriores, nos tocan nuevas etapas de cambios en aras
de una adaptación a las nuevas costumbres y nuevos componentes. Cambios, alguno
de ellos, aparejados a perdida de algunas tradiciones y actuaciones, que ahora
las damos por bien perdidas en aras a la modernidad o comodidad, pero que sin
duda dentro de unos años y quizás ahora ya, se verán como perdidas de
identidad, o lo que es peor, pensaremos que nunca han existido.
En
nuestro brazo derecho de la blusa llevamos serigrafiado nuestro símbolo, que es
el León del puente con el escudo de Miranda visto desde nuestro barrio de
Aquende y la fecha de 1947, pues de
ellos hemos aprendido, y desde tal fecha hemos celebrado los 50 y 60 años de la
Cuadrilla, pero igual que ellos a nosotros, a ellos les enseñaron el mismo
comportamiento sanjuanero de respeto, solidaridad, ayuda y amor a la fiesta ,
sus amigos y hermanos mayores que les cedieron el testigo para que continuasen
con la Cuadrilla que antes ellos habían formado por los años 40 o anteriores.
Por esta razón, a estos primeros Inquietos, es justo reconocerles su labor con
este 75 Aniversario….u ochenta.
Seguimos sin
conocer la fecha concreta de fundación,
puesto que aunque el documento gráfico más antiguo que poseemos está fechado en
1942, podíamos estar hablando del 40 o 41 o anteriores a la guerra (del 36 al
39 no se celebró San Juan) pero, de todos estos años sean 75 o más, nos
quedamos y quisiéramos resaltar, en esta época de la inmediatez, la importancia
de la continuidad y la transmisión de valores. Así , desde al
menos 1942, los Oca, Gobantes,
Garcia Solana, Celaya, El Chato,
Grávalos, Burgos, Perez Navares,
Hernaez Valgañon, Alonso y otros
que desconocemos sus nombres de 1942, seguidos por los Burgos, Aguado, Rustan, Gobantes, Doncel,
Mogrovejo, Vesga, Calleja, Gonzalez, Gomez
en 1947 y otros que se añadieron en 1948, pasando por los Aguado, Burgos, Doncel, Mogrovejo, Vesga,
Calleja, Hierro, Damián, “Remache”, Santos, Julián, Rocandio, Bocos, Romero,
Saiz, Medina, Seco, Miguel, Ruiz, Ladrero, Epi, Carrión, “Piri”, Alvarez,
Ortega… de 1970-80 , junto a los más de 600 personas que en estos 75 años han acompañado a esta Cuadrilla, en
todos se ha pretendido que amen y engrandezcan esta Fiesta, imposible que se
haya conseguido con todos, pero por esfuerzo e interés en ello nadie puede
acusarnos de no intentarlo, animando a aquellos Mirandeses que lo deseen,
a acompañarnos a llegar con nosotros a
los 100.
”La única vez que se
debe de mirar atrás en la vida, es para ver los lejos que hemos llegado”