13 junio 2017



  75 Aniversario Cuadrilla Los Inquietos 1942-2017



Con motivo de este 75 Aniversario, nos gustaría además de explicar el origen del Aniversario, reflejar los cambios de esta nuestra querida fiesta, mediante los cambios y adaptaciones que esta Cuadrilla ha tenido que hacer para mantenerse hasta la fecha de hoy.

 En 1945 coincidiendo con el primer concurso oficial de blusas, a unos entonces casi niños, les dolió en su sentimiento sanjuanero que no les dejaron participar en el concurso de blusas al llevar ” unas camisas blancas con corazoncitos verticales en rojo, pero no  en forma de blusa, sino de  camisa, que nos las habían hecho así las madres para que  después nos sirvieran para ropa de vestir” . Esta contrariedad les animó, aún más, a  crear su cuadrilla “oficial”, y así en  1947, estos ya muchachos mirandeses de la Parte Vieja entre 16 y 18 años todos ellos, deciden formalizar su presencia en las Fiestas de San Juan con la creación de su Cuadrilla. Para ello las madres de estos jóvenes, alguna de ellas viuda o con maridos represaliados por la guerra,  confeccionan unas blusas de cuadritos azules, que junto al pantalón milrayas, faja y pañuelo azul, boina negra y alpargatas blancas con cinta azul deciden sea su indumentaria.

Tenían ya un nombre casi elegido, cuando  “Saladillas”  (hijo del personaje que aparece en la Zarzuela de San Juan del Monte, estrenada el 3 de junio de 1927) que entonces era miembro  de la Cofradía, les propone que continúen con la Cuadrilla de la que formaba parte el mismo y algunos hermanos mayores y familiares de estos muchachos y que, como era habitual en esos años, lo iban a dejar al tener  obligaciones familiares, casarse y tener hijos. La idea les pareció bien y salieron ese año  1947, con la denominación y continuidad de Cuadrilla Los Inquietos, de la que se tiene referencia gráfica de 1942.

                Aún con escasa diferencia de años, ya del San Juan de esos jóvenes del  1942 a estos muchachos del 47, y aunque ambos se encontraban con una actividad en Cuadrilla de un solo día, había alguna diferencia significativa a la que tuvieron que adaptarse, algo que ha sido una constante en estos 75 años: La adaptación a situaciones cambiantes.

 Se encontraron con un concurso de blusas oficial ( desde 1945), donde empezaba a ser más relevante traer una música propia que la carroza a construir. Los carros engalanados ya habían pasado a ser carrozas. Eran momentos de concreción  en cuanto a la vestimenta. Se pasa de cuadrillas de amigos con blusa igual, con camisas igual, o con pañuelo igual pero diversidad en los demás componentes de la vestimenta, a  una deseada uniformidad completa de boina, pañuelo, faja, blusa, pantalón y alpargatas, y de pancartas con un nombre “puesto” a pancartas con un inicio de diseño . En la foto 3 de 1949-50 se aprecia ya una cuadrilla con uniformidad completa, pancarta más decorada y componentes de la Banda de Música de Pradoluengo y Cascajares ya contratados por la Cuadrilla.

La Cofradía organizaba una fiesta donde lo importante era la romería al Santo, y donde los carros engalanados, después las carrozas, y las Cuadrillas eran un adorno a la Romería. No existía una relación de Cuadrillas, y estas se anotaban al reciente concurso el mismo lunes de Romería. De ninguna manera tenían la relevancia extraordinaria actual. Eran un grupo de amigos que se vestían igual, que subían con una comida, si era posible con música y comían en el lugar que viniera bien del monte, de un Monte con bastante menos arbolado que el que conocemos actualmente.

               Estos muchachos del  47 del barrio de la humedad,  estuvieron saliendo como Cuadrilla durante unos nueve años (momento en que las “obligaciones familiares” les obligan a dejar una fiesta donde la Cuadrilla era sólo para jóvenes), pero ya conocen los inicios de lo que posteriormente en los 60 se define, y es que la fiesta ya tiene dos días de intervención de las Cuadrilla, en la presencia del desfile del domingo con las carrozas y carros (menos) en la propia Ciudad. El desfile del domingo con algunas carrozas y a algunas Cuadrillas ya adoptó la forma y crea la tradición que continúa hoy en día del desfile dominguero.

               Estos mismos del 47, ya casados y con hijos de varias edades, vuelven a salir en 1970, encontrándose de nuevo en una época de cambio y evolución de la Fiesta. Es una época donde ya se comenzaba a tener el mismo lugar de ubicación de un año a otro, con instalaciones provisionales con estructuras con tablones de obra y protegidos con toldos de camión. De haber mesas eran también con maderas de las obras de construcción. A partir de mediados de los 70 fueron apareciendo las ubicaciones fijas en el Monte, donde el pico y la pala era la única tecnología y la soldadura “alta definición”. Una estructura tiranteada era símbolo de prestigio y saber hacer. Para la realización de la obra se requería el famoso permiso de ICONA, que solía consistir en “si tiras un árbol, me plantas dos”. También se estuvo pagando simbólicamente un duro al Ayuntamiento en concepto de lo que hoy sería el IBI, durante algunos años.
Epoca de sólo componentes masculinos  y de cuota única, pero donde toda la familia era comensal, requiriendo una organización y utensilios para atender a un gran número de personas, pues de veinte componentes masculinos a la hora del pago, se convertían en cien a la hora de la única comida del Lunes en la Laguna. La bajada de los componentes de las Cuadrillas con sus mujeres, novias o amigas, aunque fueran de este único día, estas con la blusa del sanjuanero, era un espectáculo que la Ciudad anhelaba cada Lunes de San Juan, esperando desde la zona del Matadero ,y más adelante, hasta la misma C/ La Estación. La Ciudad en pleno, recibía con aplausos la bajada y entrada a la Ciudad de los Sanjuaneros. Una Plaza de España repleta donde las Cuadrillas desfilaban haciendo la U que entonces marcaba la calle de la actual Plaza de España peatonalizada, elevaba la ya alegría que del monte los sanjuaneros bajaban.

               El auge de la fiesta, que se produce en los años 80, obligó a las Cuadrillas a adaptarse a la presencia de un gran número de nuevos componentes que querían entrar en las entonces 20-25 Cuadrillas. Se pasó de la estructura básica de tablones y toldos a unas estructuras metálicas con material cedido,  donado y “hasta comprado”. De nuevo el pico y la pala requería de nuevo su uso en una Laguna donde la ubicación de las Cuadrillas, a la par del ensanchamiento de la misma para acoger a la inmensa  multitud que subía al monte, obligaba a las Cuadrillas a “adentrarse al Monte”. La propia Cofradía veía desmesurado el crecimiento de las Cuadrillas, pues no había ubicación para las mismas en la zona de la Laguna, único lugar que entonces se consideraba como lugar para la Fiesta.
La concentración del domingo en la plaza como inicio de la fiesta, la ida a la novillada, el humo de las comidas de las cocinas del lunes de San Juan, o la gran entrada de los romeros en la Ciudad eran el eje de la fiesta. San Juanín emergía como un aprovechamiento de lo sobrado el lunes, en un día laboral y hasta de exámenes en los Colegios. 
La boina, faja, el pañuelo, la alpargata y el calcetín blanco de lana por encima del pantalón era imperativo y rara era la Cuadrilla que no tenía un componente que vigilará que los más jóvenes cumplieran el ir “bien vestidos”.

El sonido continuo del bombo mañana, tarde y noche y muy de noche era el sonido continuo que sobresalía de la entonces única verbena, antes de convertirse, a partir de 1977,en el símbolo de la fiesta como marcador de su inicio, aunque nunca se haya usado tan poco como ahora.

El coñac con el ponche y anís, junta al vino eran las únicas bebidas de la fiesta.

Una etapa más de cambios, donde las Cuadrillas, que  se convirtieron la mayoría a Sociedades con GIF, marcaron y afianzaron la fiesta, se consiguió el éxito y el reconocimiento de una fiesta que, aparte San Fermin, no había duda sobre su posición prevalente en toda la zona Norte. La  solidaridad y ayuda entre las Cuadrillas y  la organización centrada en un Jaime Ruiz Bilbao que delegaba el orden y la organización en cada presidente de Cuadrilla, obtuvo el éxito  y reconocimiento nacional de nuestra Fiesta, potenciándose actividades intercuadrillas, como los Ochotes ( dos segundos premios que obtuvo esta Cuadrilla),  o el inolvidable campeonato de futbol, donde todas las Cuadrillas participaban, alcanzándose por la propia fiesta y por los contactos de Jaime Ruiz Bilbao con políticos y militares, la declaración de Fiesta de Interes Regional y Nacional.
Hubo cambios en nuestra Cuadrilla y en otras, pues por cuestiones de tipo económico, los niños empezaron a pagar una cantidad, y finalmente, las mujeres podían ser también componentes. Niños y jóvenes salían en la Cuadrilla aunque no saliesen sus padres, era una Cuadrilla fiable, de orden, controladora de los más jóvenes, llegando a un total de más de 200 componentes, eso si, con cambios de blusa constantes, pues se finiquitaba la tela y no podía conseguirse repuesto, lo que implicaba una nueva blusa.

La lucha por el premio en el desfile era “encarnizada”. Cuadrillas con sus componentes perfectamente alineados en dos o tres filas, con coordinación en sus cruces, movimiento de pañuelos o hasta lanzamiento de boinas eran las armas para alcanzar el ansiado primer premio. Partiendo de la base que la persona que no llevaba toda su uniformidad no desfilaba. Durante años esta Cuadrilla no tuvo relación con la Cofradía , por considerar que le fue robado un primer premio de manera deshonesta. Tal era la rivalidad.

Fueron años en que la Cofradía coordinaba, pero donde lo importante y símbolo de la Fiesta fueron las Cuadrillas, como animadores continuos de la fiesta, y símbolo de la generosidad en el reparto de bebidas, invitaciones de comida. El número amplio de Cuadrillas, su colorido, las múltiples charangas de cada uno de ellas, dio a esta fiesta su peculiaridad.

             
           La ampliación de la fiesta al sábado, con la simbología del Bombo, la ocupación de la parte superior del Monte arriba de La Laguna, la creación de las Cuadrillas “Bocadillos”,  y de adolescentes fue otro momento de necesaria adaptación. Orden del Bombo, Los del Santo, cambios de Presidentes, modificaron de nuevo el esquema básico pero funcional de lo que era la  Cofradía. Los Presidentes de Cuadrillas dejaron de ser los brazos prolongados de la Cofradía, en parte por entrar en fase de rotaciones para los cargos. Se había pasado de una fiesta intensa de dos días, a una mayoritaria de cuatro días, donde además se prolongaba con actos, torneos…etc.. antes y después de los días principales.

 Las Cuadrillas, una vez más, se adaptaban, esta vez  a nuevos costes de Charanga de dos o tres días a diferencia del único día anterior, y a costes de restauración de dos, tres y hasta cuatro comidas en lugar de la única del día de romería, De un desfile vistoso y dirigido al espectador, a un desfile largo, tedioso y dirigido al disfrute del que desfila. De una entrada coordinada con todas las Cuadrillas y personas que bajaban de San Juan, única en este tipo de romería, a pinchadiscos  nocturnos en el Monte.

Las reorganización del Monte, con un Plan Urbanístico que debía servir de guía a la , a veces, desbocada creación de Cuadrillas, las partidas económicas a las que se han tenido que hacer cargo las Cuadrillas para remodelar y  reparar las estructuras del Monte, a pesar de la excelente labor coordinadora de la Directiva actual, también han marcada esta  última etapa, a la que de nuevo ha habido que adaptarse.

                Para llegar a estos años hemos tenido de referentes a estas personas como transmisores de, no sólo, el sentimiento, sino también el ser y actuar de una manera sanjuanera. A los actuales componentes de la Cuadrilla también, como a los anteriores, nos tocan nuevas etapas de cambios en aras de una adaptación a las nuevas costumbres y nuevos componentes. Cambios, alguno de ellos, aparejados a perdida de algunas tradiciones y actuaciones, que ahora las damos por bien perdidas en aras a la modernidad o comodidad, pero que sin duda dentro de unos años y quizás ahora ya, se verán como perdidas de identidad, o lo que es peor, pensaremos que nunca han existido.           

               En nuestro brazo derecho de la blusa llevamos serigrafiado nuestro símbolo, que es el León del puente con el escudo de Miranda visto desde nuestro barrio de Aquende  y la fecha de 1947, pues de ellos hemos aprendido, y desde tal fecha hemos celebrado los 50 y 60 años de la Cuadrilla, pero igual que ellos a nosotros, a ellos les enseñaron el mismo comportamiento sanjuanero de respeto, solidaridad, ayuda y amor a la fiesta , sus amigos y hermanos mayores que les cedieron el testigo para que continuasen con la Cuadrilla que antes ellos habían formado por los años 40 o anteriores. Por esta razón, a estos primeros Inquietos, es justo reconocerles su labor con este 75  Aniversario….u ochenta.

Seguimos sin conocer la  fecha concreta de fundación, puesto que aunque el documento gráfico más antiguo que poseemos está fechado en 1942, podíamos estar hablando del 40 o 41 o anteriores a la guerra (del 36 al 39 no se celebró San Juan) pero, de todos estos años sean 75 o más, nos quedamos y quisiéramos resaltar, en esta época de la inmediatez, la importancia de la continuidad y la transmisión de valores. Así , desde  al menos 1942, los Oca, Gobantes, Garcia Solana, Celaya,  El Chato, Grávalos, Burgos, Perez Navares,  Hernaez  Valgañon, Alonso y otros que desconocemos sus nombres de 1942, seguidos por los  Burgos, Aguado, Rustan, Gobantes, Doncel, Mogrovejo, Vesga, Calleja, Gonzalez, Gomez  en 1947 y otros que se añadieron en 1948, pasando por  los Aguado, Burgos, Doncel, Mogrovejo, Vesga, Calleja, Hierro, Damián, “Remache”, Santos, Julián, Rocandio, Bocos, Romero, Saiz, Medina, Seco, Miguel, Ruiz, Ladrero, Epi, Carrión, “Piri”, Alvarez, Ortega… de 1970-80 , junto a los más de 600 personas que en estos 75  años han acompañado a esta Cuadrilla, en todos se ha pretendido que amen y engrandezcan esta Fiesta, imposible que se haya conseguido con todos, pero por esfuerzo e interés en ello nadie puede acusarnos de no intentarlo, animando a aquellos Mirandeses que lo deseen, a  acompañarnos a llegar con nosotros a los 100.

”La única vez que se debe de mirar atrás en la vida, es para ver los lejos que hemos llegado”