01 abril 2014

Recuerdo a Esteban Aguado “Luli” y Raul Mogrovejo)

  
”No se muere cuando se fallece, si no cuando se olvidan de ti” (Recuerdo a Esteban Aguado “Luli” y Raul Mogrovejo)


        El pasado año 2013 falleció el último componente fundador de La Cuadrilla Los Inquietos Rául Mogrovejo, y en el año anterior 2012, había fallecido Esteban Aguado “Luli”. Este fallecimiento del 2012 coincidió con el 65 Aniversario del año oficial de fundación de su Cuadrilla “Los Inquietos”, que junto a Jesús Burgos, Jesús Calleja, Ulpiano Doncel, Juanito Doncel, José Vesga, Luís González, Julio Gómez y Sergio Rustan pasaron de subir al monte con una blusa, a convertirse en Cuadrilla oficial, con su pancarta y su música, a participar como Cuadrilla creada en “el barrio de la humedad”, en la fiesta del pueblo Mirandés, en la fiesta de San Juan del Monte.(foto 1). Si el primer año les acompaño una única acordeón como música, en los años siguientes pasó a ser una banda compuesta por 10 músicos que les cobraban 75 pesetas, y una preciosa pancarta como forma de ratificar su empeño en ser Cuadrilla Sanjuanera. (Foto 2)






Foto1 Luly está cogiendo la barbilla a Burgos, y Mogrovejo está el primero agachado a la izquierdo


   
Foto2
Varios nombres debatieron para pintar en la pancarta, entre ellos “Los Carbonilla” en alusión a cierta manera de conseguir algún ingreso extra en las ajustadas economías de esa época. Finalmente un hijo de “saladillas” (personaje que aparece en la Zarzuela de San Juan del Monte, estrenada el 3 de junio de 1927), y que formaba parte de la Cofradía, ante la duda de que nombre elegir, les propuso recuperar el nombre de “Los Inquietos”, por la cuadrilla que años atrás componían, entre otros, algún hermano mayor y algún tío de estos jóvenes muchachos. 


 Sabemos, pues así nos lo contaron ellos, que ya antes de adoptar el nombre de “Los Inquietos” quedaban el domingo después de comer para el baile y el paseo, y el lunes para subir al monte con la comida que les preparaba alguna de las madres. Recordaban de entonces haber confeccionado las madres blusas con cuadritos azules y blusas con cuadritos rojos, “tan fina la tela que parecía papel” y camisetas, para subir todos igual vestidos. Foto 3 
Queda como anécdota y nos decían lo que les dolió en su sentimiento sanjuanero un año que no les dejaron participar en el concurso de blusas, al llevar ” unas camisas blancas con corazoncitos verticales en rojo, pero no nos lo habían hecho en forma de blusa, si no de  camisa, para que  después nos sirviera”. Con bastante seguridad se remontaban a 1945, año del primer concurso oficial de blusas, y también con bastante seguridad este hecho les animó a crear su cuadrilla “oficial”                                            

Foto 3
Debía ser habitual, por varias fotos de diferentes grupos de amigos que hemos visto, llevar camisetas iguales junto con  alpargatas, pañuelo y faja,  en lugar de blusas.
          De los 11 fundadores iniciales de la Cuadrilla, algunos fueron dejando la Cuadrilla por motivos laborales de traslado a otros lugares o por imprevistos de su propia vida, pero la mayoría han sido fieles a su Cuadrilla hasta el final lógico de la naturaleza humana.
Estos últimos han vivido y participado en la evolución de la fiesta, desde  reunirse el domingo después de comer para empezar la fiesta, hasta los cuatro días actuales, pasando por el comienzo con la concentración de cuadrillas el domingo en la Plaza de España o, como hoy en día, iniciarlas el sábado.

Tuvieron años de trabajo intenso para ubicarse en un monte mucho más protegido que la normativa actual puede hacer pensar. El pico y la pala fueron sus compañeros inseparables, la utilización de material de las empresas algo necesario y habitual para equilibrar las cuentas, la colaboración de las mujeres en la fiesta, imprescindible. Época de escasez pero llena de solidaridad. Pagaba un cabeza de familia y comía la familia entera, nadie preguntaba el número de familiares, era deseado y agradable ver a todas las familias unidas. El cordero, la merluza y la paella eran imprescindibles para la única comida de entonces, la del Lunes en San Juan.
Se sintieron orgullosos de su primera excavación con bodega para olvidar los tablones y toldos como modo de protegerse de un San Juan en esa época “meón”, de la necesaria ampliación por el incremento de componentes, de cómo superaron reveses importantes en una economía ajustada para la época como el robo de todas las mesas, realizadas con tarima de la antigua Ferroviaria o el derrumbe de la primera tejavana, que supuso un reto más al tener que realizar la actual estructura en San Juan. 
 Tejavana actual, en el momento de su inaguración, después de ser hundida la anterior por la nieve. El material aprovechable se utilizó para el tejado de la tejavana  superior
Señalado y recordado por ellos fueron los viajes a Burgos en 1974 con el resto de Cuadrillas, como “maestros” de las actuales fiestas de San Pedro.

        Se fueron adaptando a los tiempos, en ocasiones con algunas dudas e importantes discrepancias, pero asumían los cambios por su Cuadrilla y por su fiesta, San Juan del Monte. Así el uso del catering fue perder un estilo de comida asociado de siempre a su fiesta. Más sentían, porque estimaban que se estaba perdiendo la identidad de esta fiesta, el no uso de la boina o la progresiva perdida de las alpargatas. Les ha extrañado las blusas de tanto colorín, han echado de menos el “bailar” en el desfile, la verdadera concentración de  Cuadrillas el domingo en la plaza de España, o el auténtico desfile de entrada a la Ciudad el día de San Juan. Últimamente se sorprendían que prácticamente hubiera más personas desfilando que viendo el desfile.
Les ha confundido tanta Peña o Cuadrilla y tan poca conexión entre ellas....pero han sido felices pues han vivido siempre con la idea de que lo principal  para ayudar a San Juan era ayudar a su Cuadrilla.

Ellos son un ejemplo del sentimiento de esta fiesta y de la fuerza interna que tiene en todo Mirandés o Mirandilla. Sabían desde siempre que la solera de esta Cuadrilla y de otras muchas viene  no sólo por los años, que es una parte importante, también por la participación, presencia e implicación en las diferentes etapas que la haya tocada vivir en la fiesta, por el respeto a la tradición, el mantener y divulgar la fiesta, y el transmitir este sentimiento a los descendientes. Esto es la verdadera esencia de una Cuadrilla.

Los actuales componentes hemos tenido la suerte de vivir con ellos, escucharles, aprender y formar parte de una historia común con ellos, y por eso a  todos ellos en las personas de Raul y Luli y a otros muchos iguales de otras Peñas y Cuadrilla les decimos: ¡Gracias y no os olvidamos!