03 julio 2013

Plaza del Mercado 13


              Corría el año 1998, cuando se ofrece a Los Inquietos, por parte de Carmen , mujer del componente fundador Esteban Aguado “Luly”, hacerse cargo de un local aledaño a la antigua iglesia de San Juan, en la parte vieja de Miranda, junto a la Plaza del Mercado, enfrente de los jardinillos. El local, antigua vivienda, pero con deterioro por el abandono de años y la humedad por goteras y filtraciones, se componía de una parte baja, compuesta por zona de entrada, con un pequeño baño con inodoro y lavabo, y unas cuadras, que conservaba los pesebres, y una parte superior que era la antigua vivienda, pero en un estado de abandono y deterioro reseñable. Todo ello limitando con la pared de la antigua Iglesia.


A la Cuadrilla lo único que era de su interés era la parte baja, como lugar de comida y reunión, de tal forma que se aceptó la propuesta, haciéndonos cargo de todos los gastos municipales y de luz.
Rápidamente se encargó el material de construcción necesario básico, arena, cemento y grava, y se comenzó a echar el suelo dirigidos por Ulpi y Luly. Se realizó una sencilla, pero adecuada instalación eléctrica, y se pintó todo de cal como medida de desinfección.
El mobiliario necesario provino de diferentes lugares y formas:
 .-Se aportaron dos mesas de taller industrial, traídos de Logroño por Jesús Burgos-Asurmendi, que debían servir para la zona de Cocina.
 .-Se trasladó del primer piso de Calle Los Hornos 2, una mesa larga y estrecha, estilo de las antiguas tascas y semejante a las que todavía posee las Manuelas en su zona interior, junto a unas vitrinas de trofeos, todo ello del material que la propia Cuadrilla tenía de su paso por varios lugares en su intención de tener un local como Sociedad, pero que el no pago de los componentes de la Sociedad, determinaba una y otra vez, que hubiera que abandonar el lugar , por hacer imposible coincidir los gastos e ingresos.
            .-Mucho material se consiguió y trasladó desde Briviesca, donde a través de Agustín Burgos-Asurmendi, se trajo tarimas, tejas, ladrillos y una gran mesa. Este material sirvió para realizar mesas largas y rectangulares, junto a bancos, además de poder aislar la humedad de alguna pared, con estructura de tarima y papel acartonada, o retejar alguna zona.
           Finalizada la reforma, el local constaba de una zona de entrada con dos mesas para cocinar y preparar las comidas, a la izquierda un pequeñísimo baño, estando a la derecha colgadas dos grandes vitrinas con los trofeos obtenidos de juegos de carta, fútbol, ochotes o desfiles de la Cuadrilla. Seguidamente un ancho y corto pasillo, donde se ubicaba un frigorífico, que congelaba en minutos cualquier tipo de bebida, nos conducía a las antiguas cuadras, que habíamos intentado convertir en comedor, proveyéndonos de cinco largas mesas y donde se ubicaban los bombos que , desperdigados, ahora habíamos recuperado y ubicado todos en un mismo lugar.
Unos banderines triangulares de colores diversos se colocaron como prueba de inaguración y representación de fiesta y alegría.
La tenencia del local permitió realizar la comida del Domingo, quedando a primera hora a pelar las patatas, que cuidadosamente condimentadas con chorizo, fue la primera comida que en esta sede se realizó.
 
  
            Pudo ser la tenencia del local, o la evolución de cualquier Sociedad, donde siempre hay picos, llanuras y crisis, o el azar, pero si es cierto que se produjo un cambio relevante:




Se contrató a una Txaranga de Vitoria , compuesta por unos 20 músicos, mediante el componente Jesús Espinosa”Epi”. Se venía de unos años con dulzaineros, por un concepto de Cuadrilla quizás cerrada y también por cuestiones económicas. Era necesario hacerse la pregunta de si queríamos ser y seguir así, o por el contrario habiamos acabado así y no nos conformábamos. Claramente la respuesta fue que era necesario abrirse y que el primer paso era recuperar una música de Txaranga, a pesar de la aparente comodidad de tener una música fija y barata.

Por esa misma inercia de cambio, al año siguiente se plantea y acepta el cambio de blusa, por la gran cantidad de blusas verdes que había en fiestas, portada por personas que ya no eran componentes de los Inquietos. Todo ello sustentado en una nueva forma de gestión de ingresos y gastos.

       Estos cambios no se hicieron de un día a otro, y hubo dificultades, más de las que se conocen, y algunas importantes. La nueva directiva compuesta por Germán, Epi, Kike, Ladrero y Burgos, determinaba que llevaran la Cuadrilla personas de una nueva generación. Era el cambio de los fundadores y continuadores a los que ayudaban parte de esta directiva, a asumir la gestión completa esta nueva directiva. Como digo el traspaso no fue nada fácil, y tuvo sus momentos de crispación y altibajos hasta que se demostró y entendió  que el objetivo de unos y otros era el mismo: La Cuadrilla, su existencia como Sociedad y el mantener sus tradiciones y características.

 La existencia de este local además de cómo símbolo del cambio evolutivo, sirvió para dar un cambio de imagen, sin apenas coste y poder generar, por el ahorro en las comidas, un remanente de seguridad económica, que todavía mantenemos.


            Desgraciadamente pocos años duró la tenencia del local, debido a la compra por parte del Ayuntamiento a los propietarios, dentro del proyecto fallido de hacer un museo en la Iglesia de San Juan, como poco duró la nueva directiva o la impresionante Txaranga que nos acompañó estos años, pero si se mantuvo el cambio en el tipo de gestión y la nueva imagen de la Cuadrilla, con la vista puesta de donde venimos, recuperando historia desconocida,  y con la idea de hacia donde queremos ir.
Quedarán anécdotas de todo tipo, como el año que dos días antes de San Juan, nos robaron del local todas las bebidas y las copas de la vitrina se paseaban por la calle, o que nos preguntaran si nos había tocado la Lotería por la Txaranga tan numerosa que llevábamos, cuando cobraban la mitad que cobraba el resto, o el fallecimiento de un familiar de una música el domingo de San Juan, desplazándola nosotros hasta Vitoria, o la aparición del catering, iendo nosotros a por la comida a Estibaliz y dejando de ir a por los corderos para llevar al horno de Oron , teniendo que oír cada año que sabía a cloro, a pesar de llevar agua embotellada, o la frase “Ortega, cierra la ventana” , o como se pintó toda al estructura del Monte de un verde Ingles acorde con la vegetación, después de caerse una gran rama de encina, que nos rompió parte del tejado y hubo que cambiar medio tejado. Como alguien dijo, cuando vestíais de verde, tenias las columnas blancas y azules, y ahora que vestís de azul, pintáis las columnas de verde

             Visto desde la perspectiva de 20 años pasados, se ve claramente que  lo que comenzó en la Plaza del Mercado 13, fue una nueva etapa en esta Cuadrilla, como otra fue en 1970  o cuando “la crisis de los 300”, cuando medía Cuadrilla se fue,  y con la perspectiva de la lejanía de los años es cuando se puede hacer una valoración y repaso.

 En estos años, aparte de asentarse económicamente, celebramos el 60 Aniversario de la Cuadrilla, realizando un homenaje a Fundadores y Viudas de componentes fallecidos siendo componentes, y a componentes  como Pablo o José Luís “Botijo”, que no siendo fundadores han sido representación de esta Cuadrilla. Estos homenajes sirvieron también para recopilar imágenes de varias épocas y comenzar a guardar historia de esta Cuadrilla. Del 60 aniversario nos ha quedado la costumbre de la comida del sábado, hasta entonces desconocida.

Han sido también años que nos hemos encontrado obligatoriamente con reformas. El cambio obligatorio de los tejados de las estructuras del Monte para homologarlos, se aprovechó para realizar por nuestra parte un adecuado cerramiento de las diferentes zonas de la Cuadrilla, jardín, balcón y zonas de paso, ubicando barandillas en todas ellas, a la par que se cambió por estética el tejado superior de una a dos aguas, si bien el ecológico color verde ingles de integración en la naturaleza tuvo que se sustituido por un “no se que” pero corporativo. También fuimos pioneros en el primer desfile infantil y recuperamos un mayor interés en el desfile del domingo, interés que durante años se persiguió ganar, y que la frustración de un segundo premio que era primero,  hizo perder ese objetivo. A fecha de hoy, estamos en la misma situación, después de varios años de excelentes desfiles seguimos sin saber que es lo que hay que hacer para recibir el honor de un primer premio y nos hemos relajado, aunque siendo de los mejores momentos de la Fiesta.

 También nos llegó también el 65 aniversario, con actuaciones más simbólicas que el 60, así se colgó la pancarta con tal motivo en el monte, o se recuperó la letra preciosa de la segunda pancarta de la Cuadrilla, que ha quedado plasmada en los pañuelos bordados que llevamos o se ha recuperado la denominación original de Cuadrilla, dejando el de Peña (ver al articulo por qué somos cuadrilla), aunque en muchas conversaciones se escape la palabra Peña,  en lugar de Cuadrilla

             No todo ha sido viento a favor. A pesar de todo lo cambiado ha habido claroscuros, sobre todo en de alguna manera no saber asentar a componentes recién llegados o a algunos cuya deserción a todos nos dejo sorprendidos y seguimos sin saber exactamente la causa, pues se han tenido en cuenta mil y una situaciones, y se han escuchado mil y una opiniones, recibiendo, es la sensación que queda, muy poco a cambio. Si  hemos acertado o contentado cien veces, se nos echa en cara el único error.

En resumen lo que parecía sólo un local, fue el primer paso de un cambio importante, de una fase que da la sensación de finalizar para empezar otra.


            A fecha actual, somos una Sociedad saneada económicamente, asentada en la fiesta y que estamos en otro cambio. Desde una Charanga tradicional hemos pasado a Charangas animadoras con una presencia cada vez mayor en el tiempo, aunque suponga un coste mayora y tener que hacer malabarismos con el presupuesto. Nos hemos introducido en las redes sociales como manera de darnos a conocer y ser un recuerdo permanente de nuestra existencia. A nivel de estudio histórico hemos podido demostrar documentalmente la antigüedad de nuestra denominación Inquietos y la continuidad desde la primera Cuadrilla con este nombre hasta nosotros. Algo que nos debe llenar de orgullo y responsabilidad.

Por estos hallazgos nos encontramos en el 2017 celebrando nuestro 75 Aniversario de una manera imprevista, pero no por ello con menos interés e ilusión.


Solo queda que cada uno nos preguntemos ¿qué puedo hacer yo por mi Cuadrilla?