11 marzo 2008

San Juan y el mayor

Este año la Cuadrilla los Inquietos hemos celebrado el 60 aniversario de nuestra fundación oficial, en 1947, aunque el origen del nombre de la Cuadrilla es anterior, puesto que los fundadores adquirieron el nombre de la Cuadrilla a la que pertenecían sus hermanos mayores. Por desgracia o por ley natural, únicamente están entre nosotros dos de los fundadores Luli y Raul, los Calleja, Burgos, Peluco, Ulpi, José Luis…. ya no nos hacen participes de sus experiencias en la vida y en San Juán. Pero no me he decidido a escribir estas palabras concatenadas como apología hacia La Cuadrilla Los Inquietos, si no al observar que, en una etapa histórica donde se generan leyes para la de igualdad de genero, protección a la infancia, ley del mayor o, se desarrolla y está en su primer nivel de aplicación la ley de autonomía y protección de la dependencia, todas ellas con el objetivo de hacer una sociedad más justa, en una fiesta como la de San Juan del Monte, sin darnos cuenta, pero también es cierto, sin preocuparnos demasiado, dejamos fuera, cada vez más, al mirandés mayor. El sábado sanjuanero la calle es propiedad de los más jóvenes, el domingo es relativamente sencillo tener la capacidad de seguir el ritmo de paseo y desfile e intervenir en la fiesta, pero el lunes si bien la subida, parcialmente, se puede realizar en autobús, la bajada ya requiere de una cualidad física, que se va perdiendo... Cierto es que cada Cuadrilla tiene sus dos pases para llevar vehículos, pero mayoritariamente, casi me atrevería a decir en su totalidad, únicamente piensan las Cuadrillas y la propia Cofradía en este vehículo como trasporte de material y no como transporte de personas. Todo esto nos ha conducido a que cada vez más a menudo caras conocidas “ de siempre” se ven menos en la laguna y alrededores. Quizás nos quedemos todos tranquilos con la expresión “anda mal de salud”, pero no nos damos cuenta que esa “mala salud”, si le permite salir diariamente a la calle, pasear y hablar con todos de manera lógica y amigable o hasta irse a Salou. No, no es en un importante número de personas la salud causa de su ausencia en el Monte, es la dificultad para acudir a una fiesta que, de manera general, requiere un esfuerzo que un organismo cansado, frágil, añoso, pero no necesariamente enfermo, ya no aguanta. Hace poco oí que se piensa plantar césped en la alguna. Estéticamente sería algo impactante, pero ello implica no poderse acercar con el coche a los Hijos de la Antonia, El Follon, Los Inquietos, El Buen Humor ,Los Veteranos, La Jarana, Los Chachis, La Monda….me imagino que en caso de plantarse césped, se realice alrededor del quiosco pero dejando acceso con vehículo a las Cuadrillas ¿ o no? ¿ no estaremos pensando que la persona mayor o discapacitada aparque en la zona alta y baje con sus bolsas a su Cuadrilla de siempre? ¿ o si? . En estos ámbitos, nadie, está claro, actúa con intención de hacer daño, pero a veces ignoramos y es más ofensivo la ignorancia que el insulto. Ignorar es darle al otro el sentido de no existir, de confirmarte los demás que ya no “eres”. Mi problema me lo quito olvidando que estas ahí y tu me lo haces más fácil puesto que te retiras. Prefieres retirarte a pensar que no me interesas. Es menos cruel. La solución está en lo que queremos, y el queremos se puede y debe definir, quiero una fiesta abierta a todos, quiero un monte que de buena imagen a los que vengan a verlo. Decían los antiguos que en el punto intermedio está la virtud. En términos actuales la gestión de calidad estaría en llegar a encontrar ese punto intermedio entre lo funcional y lo estético, lo útil y lo elegante, lo práctico y lo proyectado. Deberíamos empezar las propias Cuadrillas en pensar en nuestros mayores, seguir la Cofradía destacándoles y ayudándoles a continuar y finalmente nuestro Ayuntamiento en facilitarles su acceso y su comodidad. Al sentimiento sanjuanero no puede faltarle la virtud de ser agradecido con aquellos que han hecho posible, en este caso, nuestra fiesta de San Juan, a no ser que sea un defecto que tengamos y con descaro lo asumamos.