07 abril 2009

Las alpargatas. Inicio y fin de la fiesta.





Las alpargatas sujetas por las cintas en los cables de la luz ha sido un símbolo de las fiestas, simboliza el final de las fiestas, el sanjuanero que de tanto bailar y disfrutar las ha destrozado y las arroja hacia el cielo, es el final de la fiesta. Su color, normalmente blanca, sus cintas de colores distinción de cuadrillas y a la vez elemento común del sanjuanero...

Desde hace algunos años es una pelea anual en las cuadrillas la exigencia de usar las alpargatas. Las disculpas que que oímos van desde “no puedo caminar con ellas “ a “me duelen los pies”, pasando por “en el monte hay muchas piedra”, “ mí hijo no está acostumbrado a alpargatas”, todo ello en búsqueda de una supuesta comodidad, a pesar de que la mejora de la alpargata ha sido notorio. El refuerzo de la goma permite la finalización de San Juan, sin sacar parte del pie por el lado, a la vez subsana en parte algún tipo de humedad, y es factible su duración para el veraneo, andar por casa y hasta para otro San Juan, después de utilizarla dos o tres días. Cierto es que el cáñamo sigue sin ser muy propicio para el agua y cierto también es que la venta de la alpargata en verano aumenta y que se paga muy bien la alpargata turística o la menorquina con la misma base que la que aquí usamos.

Los que llevamos tiempo en esto, recordamos la alpargata y sus colores como algo distintivo, sin llegar a la blusa que es la distinción absoluta
Recuerdo los consejos de los mayores en cuanto a que hacer para que dure más la alpargata. Nos decían pisar ligeramente algún charco, supongo que para apelmazar el cáñamo.
En tiempos que las Cuadrillas eran un número entre 10 y 12 el mirandés se ponía la blusa para subir el lunes, pero la alpargata a juego con el pañuelo y la faja era símbolo de pertenencia a Cuadrilla.
Eran tiempos de un San Juan, de dos días, “meón” donde la amenaza de la abarca de goma estaba continuamente presente, eran tiempos de ir andando, andando y andando, a los toros, donde el desfile era un continuo salto, subiendo desde la calera por un camino “arreglado con piedrillas, grava…", donde la alpargata totalmente rota era la significación de un San Juan aprovechado, de un San Juan disfrutado.....si además acertabas en dejarlas colgadas, ya era la "repera".

No logro entender desde el punto de vista sanjuanero, y sólo en parte bajo el criterio de la comodidad, el olvido de un elemento básico en nuestra vestimenta como es la alpargata. No encontrareis una fiesta con tradicción donde la blusa sea su simbolo que no vaya acompañada de la alpargata, por el contrario en aquellos lugares donde la blusa ha sido una moda reciente la alpargata no aparece, domina la deportiva.

El sabor, la calidad, el prestigio de una fiesta vendrá en el sentido de la fiesta, en la tradición de la fiesta y en los actos de la fiesta. Dentro de la tradición la identificación con una vestimenta es necesaria y dentro de ella la alpargata como calzado usado por el pueblo, origen de esta fiesta, no deja de ser un símbolo que es necesario poner en valor o, más bien recuperar el que siempre ha tenido.


Definiciones de la alpargata y abarca:

Alpargata Espartin, espartina, abarketa: Es el calzado más genuino y extendido del traje popular vasco, aunque es un calzado natural de todo el estado. En el Pais Vasco se usa especialmente para la la danza vasca, por su flexibilidad, bajo coste y colorido, también los pelotaris la adoptaron como propia por su flexibilidad. La alpargata artesanal tiene suela de esparto, cáñamo y/o yute sobre la que se dispone la cubierta de tela, cosida manualmente. El color de tela predominante, sin distinción de sexo y edad, fue el blanco aunque con el tiempo el colorido se diversificó (rojo, azul, negro). Las alpargatas blancas presentaban a veces, en la pala bordados en hilo blanco o policromo, formando dibujos geométricos, lo que las hace muy vistosas. Se compraba en las ferias, en torno a la primavera por considerarse calzado para el periodo estival y se consideraba que tenían que durar toda la temporada sin romperse, condición difícil de cumplir si su dueño era dado a las romerías o el frontón.

Abarca/ Abarka: es un calzado flexible, de cuero crudo, en piel de vacuno, preferentemente buey, ovino o caprino, ribeteado con una bastilla con el fin de fruncirlo ligeramente donde además se fijan una serie de gazas que servirán para introducir las correas. Se sujeta al pie y a la pantorrilla enfundadas en calcetines de lana, mediante correas “trailak” realizadas por torcimiento en lana de oveja, blanca o negra. La manera de atarlo define el sexo y la procedencia del que lo lleva. Este ha sido el calzado característico del traje vasco y su supervivencia a través de los siglos se explica por su perfecta adecuación a las necesidades que debía cubrir en el medio físico en que se generó.